Serafín el último

Serafín el último.


Serafín no quería llamarse Serafín ni San Seacabó ni  Hastaaquíhemosllegao porque comprobaba con desdén que nadie estaba por él,  ni detrás de él, ni a su lao. Detrás nadie venía, se decía. Soy  el que cierra y me aterra no ver más que espaldas. ¿A quien le importaría si dejase de ser y nadie me puede ver si desaparezco? Con la autoestima finiquitada emprendió la retirada y ahora ignoro dónde está. Y en honor a Serafín me he permitido escribir estas cuatro letras sin punto y final

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