Metido en tu vientre nazco de nuevo, me baña el sol de quirófano por vez primera pero no me lesiona, y salgo al mundo crecido ahorrándome los dolorosos años de aprendiz tras la adolescencia. Sin referencia ni pasado, lo sé, ni crimen ni castigo, lo asumo, ni culpable por lo que siento, lo siento, ni asesino por lo que digo, lo intuyo. Te exijo amante y madre, que yo no la tuve, y familia en un ser único y equilibrio en el vahído y desgana en el hambre, te exijo. A cambio pintaré en tus labios una sonrisa de mujer eterna con colores robados al miedo cuando salí por aquella puerta. No es mucho siendo nada. Metido en tu vientre nazco de nuevo como tantas otras veces que se enciende la mañana.
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