¿No se emancipan también los hijos?

robot 2018

La presentadora barajó sus más de cinco sobres y de uno de ellos, el azul, extrajo una postal con la pregunta que llevaría al concursante a la gran final, en caso de acertar la respuesta o al foso del estudio, a más de quince metros bajo el suelo del plató.

-          Atención, pregunta:

¿Cuándo las máquinas sustituirán al hombre?

Al concursante, que en esta ocasión era el inminente presidente de la Asociación Europea para el desarrollo espacial y de robótica, no le valía cualquier respuesta y así se lo hizo constar la conductora del show.

-          Recuerde que la fecha que buscamos se tiene que basar en una teoría suya y no en

ningún estudio de sus amigos universitarios. Tiempo.

Todo el público del plató, hombres y máquinas, rieron el gag de XT Híbrido-050, que así se llamaba la presentadora.

Esposado a un sillón de skay al científico se le iba el tiempo, y la vida, sin recordar en qué charla de qué Universidad predijo la sustitución del hombre por la máquina.

-          Le queda un minuto, profesor.

-          Libéreme inmediatamente.

-          Cincuenta segundos.

-          Yo la diseñé.

-          Y no es que lo diga yo pero resulté de lo más chic- añadió la presentadora XT

haciendo ojitos a la cámara número 5. Risas.

-          Usted no está programada para matar.

-          Yo no mato, simplemente presiono botones que accionan trampillas.

Los parámetros entre los que se movía la ciencia distaban medio siglo, sin poder de definición.

-          Concrete profesor. Le quedan veinte segundos.

Nada del cambio sucederá por completo antes de la próxima centuria.

-          Quince segundos nada más.

Muchos estudios son de visionarios y pseudocientíficos.

-          Sus teorías, profesor… No nos valen otras. Recuerde sus palabras.

-          Marta, yo te he dado la vida…¡No puedo morirrrrr!

Y a los cinco segundos se paralizó el tiempo, y un robot/regidor, como capitaneando una batería de cámaras que apuntaban a la butaca del sufrimiento, alzó un cartel en el que se podía leer: regresamos después de la publicidad.

Quin Valiente.